¿HAY QUE
PONER ORDEN?
Cada día estamos
escuchando continuamente que la actual distribución administrativa
de nuestro país no es adecuada a la situación actual. En la
actualidad, en Cataluña tenemos la Administración Central,
Autonómica y Local, las Diputaciones Provinciales, los Consejos Comarcales, y además de otros organismos o empresas vinculadas con las
Administraciones Públicas.
Ello plantea una serie de
preguntas entre la ciudadanía como son ¿son necesarias todas
ellas?, ¿si existe una Administración Autonómica deben seguir
existiendo las Diputaciones Provinciales y los Consejos Comarcales?,
¿la desaparición de estos dos órganos, no supondría un ahorro considerable al total del gasto
público?.
También se generan
preguntas en referencia a los servicios que prestan en la actualidad
las Administraciones Locales, es decir, los Ayuntamientos, y los que
debería prestar en realidad según la legislación vigente, es
decir, según lo establecido en la Ley 7/1985, de 2 de abril,
Reguladora de las Bases de Régimen Local.
Hemos visto en más de
una ocasión, en los medio de comunicación, como los representantes
de la Federación Catalana de Municipios y de la Asociación Catalana
de Municipios, se quejan de la falta de recursos que sufren en la
actualidad los Ayuntamientos para seguir prestando muchos de los
servicios que prestan y que en realidad deberían prestar otras
Administraciones por ser de su competencia, pero que se han visto
obligadas a prestarlos porque estás no los estaban prestando de
forma adecuada y debido a que ellos son la Administración más
próxima a la ciudadanía, habían tenido que hacerlo para dar
respuesta a las quejas y problemáticas de sus ciudadanos.
Pero ahora las preguntas
son: ¿deben los Ayuntamientos seguir prestando estos servicios?, ¿se
debe exigir a las Administraciones competentes de esos servicios que
los dé de forma optima en todo el territorio?, ¿deben ser
traspasadas estas competencias conjuntamente con los recursos
humanos, técnicos y económicos a los Ayuntamientos?, y así un
sinfín más de preguntas.
Lo más lógico, es que
se empiece a poner orden en todo lo mencionado a fin de optimizar
todos los recursos y evitar las duplicidades innecesarias,
reduciendo, creo yo, a la misma vez, el coste económico de estos.
En mi opinión, hay que pensar que el
ahorro que se produjera con ello podría reducir parte de los
recortes que en la actualidad estamos sufriendo los ciudadanos.
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